25 de marzo de 2016

A una mujer


A usted, estos versos, por la consoladora gracia
De sus ojos grandes donde se ríe y llora un dulce sueño;
A su alma pura y buena, a usted
Estos versos desde el fondo de mi violenta miseria.

Y es que, ¡ay!, la horrible pesadilla que me visita
No me da tregua y, va, furiosa, loca, celosa,
Multiplicándose como un cortejo de lobos
Y se cuelga tras mi sino, que ensangrienta.

Oh, sufro, sufro espantosamente, de tal modo
Que el primer gemido del hombre
Arrojado del Edén es una égloga al lado del mío.

Y las penas que usted pueda tener son como
Las golondrinas que un cielo al mediodía,
Querida, en un bello día de septiembre tibio.


Paul Verlaine







19 de marzo de 2016

Nada


Siempre pensaste en hacer la rebeldía, en que llegaría un día en el que pondrías punto final a tanta mierda. Pero ya ves, ese día nunca llegó y pasó por encima. Sólo te enseñó a contemplar el juego y las cartas, así que lo único que comprobaste que tu cortedad no era otra más de tus defectos, era tu razón de ser.
Proyectabas seguir adelante, que el paso siguiente daría lugar a la senda que te llevara a tu destino, al que no querías resistir.  
Y ahora mírate, mírate al espejo si es que puedes, y mira a los ojos de los demás también, en la misma situación que tú y realizando lo que tú ya decidiste hacer un día:
Nada. 


Maryflor 






Fotografía de Silena Lambertini



15 de marzo de 2016

Incertidumbre


Incertidumbre significa falta de conocimiento sobre una cosa, creando inquietud. Nunca sabemos nada, sólo somos capaces de jugar a imaginar. Todo es una suposición, desde las cuestiones más triviales hasta las más profundas.

¿En qué momento la inquietud se convirtió en miedo?

Me pregunto y no sé responder, pero sé que vivimos atenazados por el temor, como si el hecho de no saber nos hiciera más frágiles.

Y no es verdad.

Muy al contrario, el no conocer nos debería hacer fuertes, esa es nuestra esencia, la duda y no el miedo; si una bruja nos contara que será de nosotros hasta el día de nuestra muerte, no merecería la pena vivir. No buscaríamos, no correríamos hacia la felicidad, no lucharíamos. En definitiva, no seríamos nada.

¿En qué momento la inseguridad se convirtió en desasosiego?

En el momento en que nos enseñaron a tener miedo al miedo, por eso somos capaces de dejar de amar, de sentir, de ver y de mirar. Por eso envejecemos prematuramente y desaparecemos sumidos en una inútil lucha, tan pequeña y vil como nuestros pensamientos, convirtiéndonos en cobardes y olvidando el placer de construir castillos en el aire.

...Y sin un castillo ¿el cuento merece la pena?

Nunca 


Maryflor 






Fotografía de Elena Vizerskaya



12 de marzo de 2016

Rota


Henos aquí, pues,
como sastres ya miopes,
zurziendo el alma.


Eduardo Llanos






Pintura de Joanna Sierko Filipwska



6 de marzo de 2016

Revelación


Se sabe siempre, siempre lo hemos sabido, nada que no queramos ocultar es ocultado; pero llega el día en que de repente, lo ves.

Maryflor



Lo supe de repente:
hay otro.
Y desde entonces duermo solo a medias
y ya casi no como.

No es posible vivir
con ese rostro
que es el mío verdadero
y que aún no conozco.


Rosario Castellanos







Fotografía de Oleg Duryagin