Eduardo Laborda Gil, Zaragoza 1952, artista fundamental en el arte zaragozano del último tercio del siglo XX y las dos primeras décadas del actual. Dibujante, pintor, grabador, coleccionista, cineasta, editor, comisario de exposiciones, escritor, su magnífica trayectoria le han convertido en uno de los artistas más importante de la figuración aragonesa.
Ha puesto su atención en las viejas estatuas de corte clásico y barroco como un nuevo Polifilo, el personaje del Renacimiento que paseaba en las noches de luna por los jardines y parques para besar las bocas de golondrina de las esculturas.
Su pintura requiere tal perfección en el dibujo y en el color que no deja de asombrar, la mitología clásica a través de la estatuaria, mezclada con maquinaria o artilugios industriales es el tema habitual de sus cuadros. Mezcla pasado y presente, mito y realidad. Figuras pétreas con aperos herrumbrosos y fragmentos de vehículos obsoletos. En definitiva, la alegoría del tiempo.
Maryflor
Calle Mayor, Iglesia de La Magdalena, al fondo la Basílica de Nuestra Señora del Pilar
Alegoría de la ciudad de Zaragoza
Amanece en la ciudad gris
Belchite
El pastor de Gargallo
Alegoría a Huesca
Ares
Atenea
Ave Fénix
Dama de Fuentes
Demeter
El enigma de la esfinge
Fin de siglo
Gótico
Guardianes del tiempo
Marina
La esfinge del tiempo
La máquina del Ebro
Fábrica La Montañanesa
Estación de Utrillas
Tótem I
El guardián del faro
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