29 de febrero de 2016

Para ti



No me olvidé que me ignoraste una vez
volviéndome tu cara cuando yo desnudaba mi corazón.

Ya no recuerdo las palabras que chocaban en el temblor de mi boca
igual que lo hacen los pájaros cuando buscan su nido en la noche.

No ignoré que tú ya lo tenías dispuesto todo,
aún así...
fui.


Maryflor





Pintura de Juan Cossio



28 de febrero de 2016

No hay peor crueldad

  

!Oh que espanto!

Me han vuelto a salir alas. Comenzaron como una pelusilla, un no sé qué en los homoplatos, me hacían cosquillas. Hasta que un día habían crecido y me las vi ahí, un grupo de plumas suaves, delicadas pero sólidas, ya era tarde... todo volvía a ser un caos, como antes.

No las quiero.

Las alas duelen, no mientras crecen, sino cuando se abren , liberan el corazón y consiguen hacerte volar, volar alto olvidándose de lo mucho que te dañan al caer, y cuánto más te elevan, peor es cuando te estrellas contra el suelo, rompiendo las costuras que tan cansada estoy de coser.

Dejan ir todo lo que encierran, todas las cosas que alimentaste mientras estabas sana, las palabras, los gestos, las sensaciones, los sueños, las fantasías; pero que en algún momento se enquistaron y la cálida corriente que te elevó deja de sostenerte, te precipitas al asfalto sin que nadie se de cuenta, sin que otros oídos escuchen el estruendo y sin que otros pies sientan el terremoto.

Así que no, no las quiero, me las arranco.

Habrá alguien que me dirá que es miedo y le responderé que si, que el miedo me da cordura y la cordura me proporciona tranquilidad, que sigo creyendo que si no subo tan alto no me haré tanto daño al caer.

!Qué horror!

Me las arranqué hace un tiempo y ya están empezando a salir.

Maryflor







Fotografía de Jaime Baldridge



23 de febrero de 2016

Violeta púrpura



Cuando te permites ser hermosa,
es como permitirte ser una violeta púrpura
llena de rocío aferrado a sus hojas.

Tan hermosa te sientes,
que haces una pausa en medio de tu vida
para deslumbrar, y por un momento,
tener miedo de estar viva.


Maryflor






Fotografía de Agniesza Loreki




Birds


Laura Makabresku es una fotógrafa polaca que consigue cambiar  la visión pueril y falseada que ofrecen los cuentos de hadas.
La artísta sumerge al que contempla  sus fotografías en un mundo onírico de historias perversas, donde la muerte y el erotismo femenino envuelven a sus protagonistas.

Maryflor 










































A una mujer



El hogar y la lámpara de resplandor pequeño;
la frente entre las manos en busca del ensueño;
y los ojos perdidos en los ojos amados;
la hora del té humeante y los libros cerrados;
el dulzor de sentir fenecer la velada,
la adorable fatiga y la espera adorada
de la sombra nupcial y el ensueño amoroso.

¡Oh! ¡Todo esto, mi ensueño lo ha perseguido ansioso,
sin descanso, a través de mil demoras vanas,
impaciente de meses, furioso de semanas!

El hogar y la lámpara...


Paul Verlaine







17 de febrero de 2016

En el fondo


¿Cómo explicas a las personas que quieres, y que te quieren, que no te entregas completamente a ellas?
¿Que las traiciones que has vivido en el pasado te impiden abrirles el corazón?¿Serviría una explicación para que entendieran esa penumbra que te acompaña allí donde vayas? No temes que tu novio te haya sido infiel, o que tus amigas no te cuenten sus secretos... !no!, no es eso. Podrías decirles que no es una cosas personal, pero dudo de que sirviera de mucho.

El problema es la necesidad de sacar todas las cosas de mi cabeza, necesitaría explicarle a alguien lo mucho que me duelen los recuerdos, las tonterías con que las que se vuelven a abrir las heridas y lo mucho que duelen, como si los años pasados sólo hubieran servido para fortalecerlas. Mis viejos miedos parecen seguir arrastrándose, persiguiéndome hasta lograr alcanzarme.

La culpabilidad me asalta cada vez que me siento infeliz por tener alrededor gente que me quiere, y que no soy capaz de llorar sobre sus hombros, de no llamarles a altas horas de la noche, y hablar sobre mis penas y mis alegrías.

Hubo alguien que me conoció, claro que hubo, quien supo de mis cosas y más, que tuvo paso libre y sirvió para utilizarme y lastimarme.

Quisiera decir que esta es la verdad, y no la máscara de paz y tranquilidad que llevo, que me rompí hace años pero las grietas no son visibles en la superficie. Pero, ¿cómo expresas esto?

Así que sigo manteniendo mi protección de porcelana, para tapar mi rostro de loca y no asustar a quien me rodea, sosteniendo mi tormento y encerrada en mi propia jaula.


Maryflor






Fotografía de Oleg Duryagin




14 de febrero de 2016

Desamor


Me contempló como se mira a través de un cristal,
o del viento,
o de nada.

Y entonces supe que yo no estaba allí,
ni en ninguna parte,
ni había estado nunca
y que nunca lo estaría.

Y me fui.

Me fui como el que muere de la peste,
sin identificar,
y arrojada a una fosa común.


Maryflor






9 de febrero de 2016

De cien frases para un abanico



Tú me llamas Rosa 
dijo la rosa. 

Pero si tú supieras
mi verdadero nombre,
yo me deshojaría más rápido.

En el de la peonía blanca,
corazón,
no hay un color.

Sino el recuerdo de un color.

No es un aroma.

Sino el recuerdo de un aroma.


Li Po
Poeta chino 701-762
Conocido como el poeta inmortal







Pintura de Kwon KyungYup




7 de febrero de 2016

El indefinible malestar


Mi mal


En vano ansiosa tu amistad procura
adivinar el mal que me atormenta.

En vano, amigo, conmovida intenta
revelarlo mi voz a tu ternura.

Puede explicarse el ansia, la locura
con que el amor sus fuegos alimenta,
puedo el dolor la saña más violenta
exhalar por el labio su amargura.

Más de decir mi malestar profundo
no halla mi voz, mi pensamiento, medio,
y al indagar el origen me confundo.

Pero es un mal terrible, sin remedio,
que hace odiosa la vida, odioso el mundo,
que seca el corazón;

!en fin, es tedio!


Gertrudis Gómez de Avellaneda





Pintura de William Bougerau




4 de febrero de 2016

Y la nostalgia


...La nostalgia tiene el talle fino
y las manos azules.
Aprieta las cosas, los aromas;
se quiebra en pimpollos salados;
se prende fugaz a los objetos, al aire;
crece en la luz, se desmaya
en una casi sonrisa...


María D. Tiberti