11 de noviembre de 2014

Igual, igual


Como el insecto que ignora que lo es y se esfuerza por cumplir la tarea con su estirpe.

Como las puertas que no se saben si fueron colocadas para entrar o salir. "Perded toda la esperanza" "prohibido el paso" o "entren sin llamar" y otras mentiras, pone siempre. 

Como la tarde, ahita de suspiros, que imita en el color a la mañana pero le es imposible reproducir su olor o su futuro.

Como el rompecabezas, todo temblor y miedo, que odia su última pieza cuando se le aproxima para dejarlo quieto o inservible.

Como la taza de café vacía, que llora con amargo recuerdo su aroma de suicida y el sabor de los labios.

No sé si así es la vida
pero el poema se parece mucho.


Enrique García Trinidad 





Fotografía de Massimo Leardini



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