3 de agosto de 2014

Sueños


William Shakespeare decía que soñó sueños intraducibles y, que por eso, se hicieron realidades; que estamos hechos de la misma materia de la que están hechos nuestros sueños.
Pero la materia de los sueños reposa en nuestra realidad, o en nuestra imaginación. Tampoco sabemos si la imaginación trabaja con los materiales que le proporciona nuestra vida, o si nuestra propia vida, se elabora con lo que le suministra la imaginación.

Yo creo que es ineludible tener fe, y confiar en la existencia de nuestras fantasías, para creer que algo conocemos. ¿Son nuestros sueños elaboradas experiencias que queremos vivir y no podemos?

Para mí soñar es, como una realidad, uso todos mis sentidos. Puedo oírte... cerrar los ojos y verte... sentirte... Pero estos sentidos, son los sinceros? o sólo son poéticos e idílicos. ¿Soñamos mentiras? ¿Todos los sueños no son mas que una representación? o, aún siendo una ilusión, aportan menos datos que la realidad? Quiero decir, el amor es igual de romántico en las calles de París, o en el París que soñamos?

¿Qué diferencia hay entre la experiencia real y la soñada? El sueño es lento, porque nuestros sentidos, sin la ayuda de la verdad, se recrean en cada instante, elaboramos la historia a nuestra excelencia, vivimos el éxtasis ampliamente y seguidamente nuestro horizonte se llena de nuevos deseos.

Todos vivimos soñando, somos torpes al interpretarlos, pero más lo somos para interpretar la realidad. No hay que vivir como un iluso, pero tampoco podemos vivir sin ilusiones. 

Siempre seré idealista y soñadora, me costará derramar lágrimas.

Sin mis sueños, mi vida pasaría a ser más plácida y no esperaría cosas importantes. Pero, en lo más íntimo de mi alma, siempre sabría, que lo que realmente ocurrió, es que renuncié.

Maryflor





Pintura de Danielle Richard



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